Capítulo 9

Una profecía de tiempo

Nota: La Biblia muestra que Dios gobierna la historia con precisión, y lo confirma mediante profecías de tiempo que se cumplieron en su debido momento.

1- Los ciento y veinte años hasta el diluvio.

Génesis 6:3. Y dijo Jehová: No contenderá mi Espíritu con el hombre para siempre, porque ciertamente él es carne; mas serán sus días ciento veinte años.

2- Los siete días antes del diluvio, y los cuarenta días de lluvia.

Génesis 7:4. Porque pasados aún siete días, yo haré llover sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches; y raeré de sobre la faz de la tierra a todo ser viviente que hice.

3- Los cuatrocientos años en Egipto.

Génesis 15:13. Entonces dijo a Abram: Ten por cierto que tu simiente será peregrina en tierra no suya, y servirá a los de allí y será afligida por cuatrocientos años.

4- Los tres días del copero de Faraón.

Génesis 40:12-13. Y le dijo José: Esta es su interpretación: Los tres sarmientos son tres días: Al cabo de tres días Faraón te hará levantar cabeza, y te restituirá a tu puesto: y darás la copa a Faraón en su mano, como solías cuando eras su copero.

5- Los siete años de abundancia y de hambre.

Génesis 41:28-30. Esto es lo que respondo a Faraón. Lo que Dios va a hacer, lo ha mostrado a Faraón. He aquí vienen siete años de gran abundancia en toda la tierra de Egipto: Y se levantarán tras ellos siete años de hambre; y toda la abundancia será olvidada en la tierra de Egipto; y el hambre consumirá la tierra.

6- Los cuarenta años de peregrinaje.

Números 14:34. Conforme al número de los días, de los cuarenta días en que reconocisteis la tierra, llevaréis vuestras iniquidades cuarenta años, un año por cada día; y conoceréis mi rompimiento de promesa.

7- Los tres años y medio de sequía.

1 Reyes 17:1. Entonces Elías tisbita, que era de los moradores de Galaad, dijo a Acab: Vive Jehová, el Dios de Israel, delante del cual estoy, que no habrá lluvia ni rocío en estos años, sino por mi palabra.

Lucas 4:25. Pero en verdad os digo que muchas viudas había en Israel en los días de Elías, cuando el cielo fue cerrado por tres años y seis meses, en que hubo una gran hambre en toda la tierra…

8- Los setenta años de cautiverio.

Jeremías 25:11. Y toda esta tierra será puesta en desolación y en espanto; y estas naciones servirán al rey de Babilonia setenta años.

9- Los siete tiempos de Nabucodonosor.

Daniel 4:16. Sea cambiado su corazón de hombre, y le sea dado corazón de bestia, y pasen sobre él siete tiempos. 

10- Las setenta semanas para los judíos.

Daniel 9:24. Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para acabar la prevaricación, y concluir el pecado, y expiar la iniquidad; y para traer la justicia eterna, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos.

11- ¿Qué acontecimiento hubo en la última semana de Daniel 9?

Daniel 9:26-27. Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, mas no por sí; y el pueblo del príncipe que ha de venir, destruirá la ciudad y el santuario; con inundación será el fin de ella, y hasta el fin de la guerra las asolaciones están determinadas. Y por una semana confirmará el pacto con muchos, y a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolar, aun hasta la consumación; y lo que está determinado será derramado sobre el pueblo asolado.

12- ¿Cuál es la profecía de tiempo que llega casi hasta nuestros días?

Daniel 8:13-14. Y oí a un santo que hablaba; y otro de los santos dijo a aquél que hablaba: ¿Hasta cuándo durará la visión del continuo sacrificio, y la prevaricación asoladora que pone el santuario y el ejército para ser hollados? Y él me dijo: Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas; y el santuario será purificado.

13- ¿Cómo podemos saber que era para el tiempo del fin?

Daniel 8:17. Vino luego cerca de donde yo estaba; y con su venida me asombré, y caí sobre mi rostro. Pero él me dijo: Entiende, hijo de hombre, porque la visión será para el tiempo del fin.

14- ¿Logró entender Daniel la visión?

Daniel 8:26-27. Y la visión de la tarde y la mañana que está dicha, es verdadera; y tú guarda la visión, porque es para muchos días. Y yo Daniel desfallecí y estuve enfermo algunos días; y cuando convalecí, atendí el asunto del rey; mas yo estaba espantado acerca de la visión, y no había quien la entendiese.

15- La explicación de la visión.

Daniel 9:21-25. Y todavía estaba yo hablando en oración, cuando aquel varón Gabriel, al cual había visto en visión al principio, volando con presteza, me tocó como a la hora del sacrificio de la tarde. Y me hizo entender, y habló conmigo, y dijo: Daniel, ahora he salido para darte sabiduría y entendimiento. Al principio de tus súplicas fue dada la orden, y yo he venido para enseñártela, porque tú eres muy amado. Entiende, pues, el asunto, y considera la visión. Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para acabar la prevaricación, y concluir el pecado, y expiar la iniquidad; y para traer la justicia eterna, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos. Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas; la plaza volverá a ser edificada, y el muro, en tiempos angustiosos. 

Nota: Daniel recibió la visión de las dos mil trescientas tardes y mañanas (Daniel 8), pero no pudo comprender su significado completo. El profeta mismo confesó que quedó turbado y enfermo, pues la visión era “para muchos días” y no hallaba quién se la explicara. Sin embargo, Dios no dejó a su siervo en la incertidumbre. En respuesta a su oración ferviente, envió al ángel Gabriel para darle entendimiento. En Daniel 9 se presenta la clave: las setenta semanas estaban “determinadas” (cortadas) sobre el pueblo de Israel como parte de la misma profecía. De esta forma, la explicación de Gabriel conecta las dos visiones, mostrando que los períodos proféticos forman una unidad y que ambas profecías comienzan en el mismo punto de partida histórico: el decreto para restaurar y edificar Jerusalén. El cumplimiento de la primera parte —las setenta semanas que anunciaban la obra y muerte del Mesías— garantiza también la validez del resto. Así, Dios aseguró que su pueblo tuviera luz para entender el plan de redención y el desarrollo de los acontecimientos hasta el tiempo del fin.

La palabra traducida aquí por “determinadas”, significa literalmente “descontadas”. El ángel declara que setenta semanas, que representaban 490 años, debían ser descontadas por pertenecer especialmente a los judíos. ¿Pero de dónde fueron descontadas? Como los 2.300 días son el único período de tiempo mencionado en el capítulo octavo, deben constituir el período del que fueron descontadas las setenta semanas; las setenta semanas deben por consiguiente formar parte de los 2.300 días, y ambos períodos deben comenzar juntos. El ángel declaró que las setenta semanas datan del momento en que salió el edicto para reedificar a Jerusalén. Si se puede encontrar la fecha de aquel edicto, queda fijado el punto de partida del gran período de los 2.300 días.

16- Entonces ¿cuál es el punto de partida de ambos períodos?

Daniel 9:25. Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas…

Nota: El punto de partida de ambos períodos proféticos —las setenta semanas y los 2300 días— está claramente señalado en Daniel 9:25: la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén. Esta orden fue emitida por el rey Artajerjes en el año 457 a.C. (Esdras 7:7-26), cuando se otorgó no solo permiso para reconstruir la ciudad, sino también para restaurar su gobierno, sus leyes y su vida religiosa.

De esta manera, tanto las setenta semanas que anunciaban la venida del Mesías como el período de los 2300 días que señalaban el inicio del juicio, comparten un mismo punto de partida histórico: la restauración de Jerusalén después del cautiverio. Esto muestra la perfecta armonía de las profecías y la seguridad de su cumplimiento.

En la próxima lección veremos que el cumplimiento de la profecía de las 2300 tardes y mañanas en 1844 armoniza perfectamente con la línea histórica revelada por los símbolos proféticos del libro de Daniel.